Sicilia: qué hacer y qué ver en esta mágica tierra

Sicilia: qué hacer y qué ver en esta mágica tierra

8 August 2025 • Natalia Sabariego Peces

Cuando uno se pregunta qué hacer en Sicilia, la respuesta rara vez es corta. La isla más grande del Mediterráneo ofrece un abanico tan amplio de experiencias que no importa cuánto tiempo se tenga, siempre quedará algo pendiente para una próxima visita. Desde playas de ensueño hasta pueblos medievales, pasando por volcanes activos, mercados llenos de vida, templos griegos y una gastronomía que combina siglos de influencias culturales, Sicilia es un destino que se descubre capa a capa, como si fuera una historia que nunca deja de sorprender.

Palermo: el corazón de Sicilia

Palermo es, para muchos viajeros, la primera respuesta a la pregunta de qué hacer en Sicilia. Esta ciudad no se contempla, se vive. El centro histórico es un laberinto de calles estrechas donde los mercados al aire libre parecen no haber cambiado en siglos. Ballarò y Vucciria son los más famosos, y en ellos se puede escuchar a los vendedores cantar sus precios mientras cortan el pescado fresco o fríen arancini dorados.

No hay que dejar pasar la oportunidad de visitar la Catedral de Palermo, mezcla de estilos árabe, normando y gótico, y la Capilla Palatina, donde los mosaicos bizantinos parecen encenderse con la luz dorada que entra por las ventanas. El Teatro Massimo, uno de los más grandes de Europa, es un punto de referencia cultural y arquitectónico.

Vista panoramica di Palermo,

Palermo se encuentra entre montañas, lo que hace un contraste perfecto entre arquitectura y naturaleza. Fuente: iStock

En lo gastronómico, Palermo es un paraíso para los amantes del street food. Además de los arancini, hay que probar la panelle, el sfincione, el pane con la milza (un pan relleno de bazo de ternera que sorprende a los más valientes) y los dulces como el cannolo o la cassata. Un café bien cargado es la forma ideal de terminar la comida y seguir explorando.

Catania y mamma Etna

Si el viajero quiere saber qué hacer en Sicilia para vivir una ciudad con carácter, Catania es una elección perfecta. Construida en gran parte con piedra volcánica, su centro histórico tiene un aspecto oscuro y elegante que contrasta con el cielo azul y la energía que se respira en sus calles. La Piazza del Duomo, con la catedral de Santa Ágata y la famosa fuente del Elefante, es el corazón de la ciudad.

El mercado de pescado es una experiencia imprescindible: allí, entre gritos y risas, se venden los mejores mariscos y pescados de la región. Y lo mejor es que muchos restaurantes cercanos cocinan directamente lo que uno elige en el mercado. La pasta alla Norma, con berenjenas, ricotta salada y salsa de tomate, es la receta más emblemática de la ciudad.

Catania Sicilia con l'Etna

Etna aguarda Catania. Fuente: iStock

Pero Catania también es la puerta de entrada al Etna. Subir hasta los cráteres, caminar entre paisajes lunares y sentir el calor que aún desprende la tierra es una de esas experiencias únicas que justifican por sí solas un viaje.

Siracusa: un puente entre el pasado y el presente

Para quienes se preguntan qué hacer en Sicilia y buscan una experiencia más tranquila y romántica, Siracusa es ideal. Fundada por los griegos y considerada en su momento una de las ciudades más importantes del mundo antiguo, Siracusa conserva un patrimonio impresionante. El parque arqueológico de Neápolis, con su teatro griego, el anfiteatro romano y la Oreja de Dionisio, es un lugar donde el pasado sigue vivo.

Ortigia, el casco histórico situado en una isla unida por puentes, es un mundo aparte. Sus calles empedradas, sus plazas soleadas y sus balcones llenos de flores invitan a pasear sin rumbo. El atardecer visto desde el paseo marítimo es uno de los momentos más mágicos que se pueden vivir en Sicilia.

Sicily Food Guide

En Siracusa podr’as disfrutar de sus callejones y viajar a otro tiempo. Fuente> iStock

La cocina aquí se inclina hacia los sabores marinos: pasta con sarde, pez espada a la plancha, carpaccio de atún y ensaladas frescas con hinojo y naranja. Todo ello acompañado de un vino blanco siciliano como el Grillo o el Inzolia.

Taormina: belleza suspendida entre el cielo y el mar

Taormina parece una postal que cobra vida. Situada en lo alto de un promontorio con vistas al mar Jónico, ofrece una de las panorámicas más bellas de toda Sicilia. Su famoso teatro griego, con el Etna al fondo y el azul del mar extendiéndose hasta donde alcanza la vista, es una imagen que se graba en la memoria para siempre. Este lugar no solo fascina por su ubicación, sino también por la energía que transmite. Durante el verano, Taormina se llena de vida con conciertos, festivales y turistas de todo el mundo que se mezclan en sus calles estrechas y elegantes.

A pesar de ser un destino popular, Taormina conserva un aire de sofisticación que la hace especial. Entre sus callejones se esconden boutiques artesanales, heladerías de autor y jardines colgantes que invitan a detenerse. Desde aquí también se puede bajar a las playas de Isola Bella, un pequeño islote conectado por una lengua de arena que aparece y desaparece con las mareas. Es un lugar perfecto para nadar, hacer snorkel o simplemente relajarse con el sonido del mar.

El interior desconocido: entre colinas y pueblos medievales

Más allá de las costas, Sicilia esconde un interior que sorprende por su autenticidad. Lejos del bullicio de las ciudades, las colinas del centro de la isla están salpicadas de pueblos donde la vida sigue al ritmo de las estaciones. En lugares como Enna, Piazza Armerina o Caltanissetta, se respira una Sicilia más pausada, más íntima, donde la tradición sigue viva en las calles, las plazas y las cocinas familiares.

Uno de los grandes tesoros del interior es la Villa Romana del Casale, cerca de Piazza Armerina. Este yacimiento arqueológico alberga una de las colecciones de mosaicos romanos mejor conservadas del mundo. Recorrer sus pasillos es como abrir una ventana a la vida cotidiana de hace dos mil años, con escenas de caza, banquetes y juegos que sorprenden por su detalle y color.

Además, viajar por el interior permite descubrir una gastronomía más ligada a la tierra, con platos que cambian según la temporada y productos como el pistacho de Bronte, el queso pecorino o los vinos del Etna. Aquí, cada comida es una celebración, y es fácil dejarse llevar por la generosidad de quienes abren sus puertas para compartir su mesa.

Agrigento y el Valle de los Templos

En el sur de la isla, Agrigento ofrece uno de los conjuntos arqueológicos más impresionantes del Mediterráneo: el Valle de los Templos. Este sitio, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, alberga una serie de templos dóricos que se conservan en un estado asombroso. Pasear entre estas columnas milenarias, especialmente al atardecer, cuando la luz dorada del sol baña la piedra, es una experiencia casi espiritual.

Pero Agrigento no es solo historia antigua. El centro histórico de la ciudad también merece una visita, con sus callejones empinados, sus iglesias barrocas y sus miradores hacia el mar. Además, cerca de aquí se encuentra la Scala dei Turchi, una formación rocosa blanca en forma de escalera que cae suavemente hacia el mar. Su color y forma la han convertido en un lugar muy fotografiado, aunque su belleza solo se comprende realmente al estar allí, sintiendo el viento marino y el calor del sol.

Panoramic view of the famous Scala dei Turchi cliff near Agrigento, Sicily, Italy

Vista panor’amica de la Scala dei Turchi en Agrigento. Fuente> iStock

Trapani y el encanto del oeste

La parte occidental de Sicilia tiene un carácter distinto, más árido y salino, donde la naturaleza se mezcla con una historia marcada por la influencia árabe. Trapani es un excelente punto de partida para explorar esta zona. Esta ciudad portuaria tiene un aire relajado, con un centro histórico lleno de palacios y calles tranquilas que desembocan en el mar.

Desde aquí se puede llegar fácilmente a Erice, un pueblo medieval situado en lo alto de una montaña que ofrece vistas espectaculares sobre la costa y las salinas de Trapani. Las callejuelas empedradas, las iglesias antiguas y los jardines silenciosos crean una atmósfera mágica, especialmente cuando la niebla envuelve el pueblo como un velo.

Otro atractivo de esta zona son las Islas Egadas, a las que se puede llegar en ferry desde Trapani. Estas islas, mucho menos conocidas que otras del Mediterráneo, son un refugio de tranquilidad, con aguas transparentes y paisajes que invitan a la desconexión total. Gracias a plataformas como Ferryscanner, es muy fácil reservar un billete y embarcarse en esta pequeña aventura por mar, ya sea hacia las Egadas, hacia la isla de Pantelleria o incluso hacia la península italiana si uno quiere seguir explorando.

El sabor de Sicilia: la gastronomía como experiencia

Responder a qué hacer en Sicilia sin hablar de su gastronomía sería quedarse con la mitad de la experiencia. Comer en Sicilia no es simplemente alimentarse: es un ritual que refleja siglos de historia y mezcla cultural. Los platos combinan influencias griegas, árabes, normandas y españolas, y cada zona tiene sus especialidades.

En la costa predominan los pescados y mariscos frescos: atún rojo, pez espada, calamares, erizos de mar. En el interior, las carnes, los quesos curados y las legumbres marcan la diferencia. Los dulces son otro mundo: cannoli rellenos de ricotta, cassatas decoradas con frutas confitadas, granitas frescas en verano y pasticcini de almendra.

La gastronomía siciliana se basa en productos de calidad y de temporada. Fuente: iStock

En cuanto a bebidas, Sicilia es una tierra de vinos excepcionales: blancos frescos como el Grillo o el Catarratto, tintos con carácter como el Nero d’Avola y el Cerasuolo di Vittoria, y dulces como el Marsala o el Moscato di Noto. Los licores como el limoncello o el amaro completan el repertorio.

Un viaje que se queda en el alma

Viajar a Sicilia es mucho más que visitar un destino turístico. Es sumergirse en una tierra donde la historia y la naturaleza caminan de la mano, donde cada ciudad tiene una personalidad distinta y donde la vida se vive con intensidad y sin prisas. Es un lugar que seduce lentamente, que se revela poco a poco, y que deja en quienes lo visitan una sensación difícil de describir, como si una parte de uno se quedara allí para siempre.

Ya sea recorriendo las calles vibrantes de Palermo, ascendiendo al Etna desde Catania, contemplando el mar desde Taormina o dejándose perder en las callejuelas de Ortigia, Sicilia ofrece experiencias que van más allá de lo visual. Es una isla que se siente, que se escucha, que se saborea. Y cuando el viaje llega a su fin, siempre queda la posibilidad de volver, de cruzar de nuevo el mar con ayuda de Ferryscanner y regresar a este rincón del mundo que tantos llaman el alma del Mediterráneo.

Reserva tu billete a Sicilia con Ferryscanner

Todo lo que puedes hacer y ver en Sicilia está al alcance de un billete de ferry. Existen varias rutas para llegar a esta isla llena de misterio y magia, tanto si viajas desde otro país, como si lo haces desde la península de Italia, llegar en ferry es bastante fácil. Puedes revisar todos los trayectos con Ferryscanner. No olvides llevar todo lo que necesitas en tu equipaje, ¡y a la aventura!

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