
Lanzarote
Aunque Lanzarote sigue estando abarrotada de turistas cada año, es una isla inusualmente natural donde existe un sentido de camaradería entre los humanos y la naturaleza. El Parque Nacional de Timanfaya, una reserva de la biosfera que figura en la lista de la UNESCO, tiene una topografía similar a la de la luna. Un viaje a través de su paisaje volcánico es una experiencia fascinante de proporciones planetarias. En el corazón de la omnipresente atmósfera de Lanzarote, que da la sensación de escapar del mundo, se encuentran los esfuerzos de César Manrique. El artista local luchó por mantener pura Lanzarote, denunciando la comercialización y preservando la isla con su propia marca de arte única como se ve en la Fundación Jardín de Cactus, Campesino y César Manrique.
Hoy en día, los billetes de ferry a Lanzarote son la excusa perfecta para disfrutar de la belleza de una isla con pocos rascacielos y un fuerte sentido de respeto al medio ambiente. El ambiente isleño es agradablemente suave en la capital, Arrecife, especialmente cuando los cruceros salen por la noche. Los turistas que se quedan allí suelen pasar su tiempo paseando por la laguna mirando los coloridos barcos de pesca. Para una pizca de emoción, está el Castillo de San Gabriel, un fuerte en la Isla de los Ingleses, conectado al continente por un puente. Lo más destacado, literalmente, es una bebida en la cafetería de la azotea del Gran Hotel and Spa. Siendo el único edificio de 17 pisos, las vistas desde aquí son indiscutiblemente asombrosas.
Playa Blanca, al sur, es más alegre. Su mercado quincenal de Marina Rubicón es un gran lugar para mezclarse con los lugareños. El tiempo que se pasa en Playa Blanca y Playa Dorada, las dos playas de la ciudad, siempre es divertido. Sin embargo, una excursión aún más extraordinaria es una inmersión en el Museo Atlántico de Lanzarote, considerado el primer museo subacuático de Europa, con 12 instalaciones únicas.
Para los billetes de ferry a Lanzarote desde La Graciosa, consulta los horarios y precios más recientes en Ferryscanner. Los barcos llegan al puerto norteño de Órzola, una parte más tranquila y ventosa de la isla, sin muchos servicios interesantes. Sin embargo, está el Mirador del Río. Este mirador a una altura de 475 metros es una de las magníficas creaciones de César Manrique.