Qué ver en Mallorca: escápate a la isla Balear mayor antes de que venga el frío

Aunque sea septiembre, para muchos viajeros y aventureros aún quedan resquicios de calor y buen tiempo a los que aferrarse antes de que vengan los días cortos y  las temperaturas bajas. Y si hay un lugar perfecto para aprovechar los últimos rayos de sol, esa es Mallorca. Es la isla más grande de las Baleares, y es que hay mucho que ver en Mallorca, incluso cuando la temporada alta se ha acabado.

Es uno de los destinos a los que puedes viajar en poco tiempo en ferry. En esta guía te contamos qué ver en Mallorca para que disfrutes al máximo de tu escapada, tanto si viajas en septiembre como en pleno verano, en primavera o incluso en invierno, cuando la isla ofrece un ambiente mucho más tranquilo y auténtico.

• Palma de Mallorca, una capital con historia, cultura y sabor mediterráneo
• La Serra de Tramuntana: un tesoro declarado Patrimonio de la Humanidad
• Playas y calas: el azul turquesa que enamora
• El interior de Mallorca: tradición, mercados y vida tranquila
• Cuevas y paisajes naturales que sorprenden
• Gastronomía mallorquina: sabores que conquistan
• Consejos prácticos para tu viaje a Mallorca
• Mallorca más allá del turismo

Palma de Mallorca, una capital con historia, cultura y sabor mediterráneo

El viaje suele comenzar en Palma, la capital, donde se concentra gran parte del patrimonio histórico de la isla. La Catedral de Santa María, conocida como La Seu, es probablemente lo primero que verás al acercarte por mar o por carretera. Sus dimensiones son imponentes, pero lo que realmente sorprende son los detalles en su interior: vitrales que inundan de luz el espacio, el trabajo del arquitecto Antoni Gaudí y la intervención contemporánea de Miquel Barceló.

El casco antiguo de Palma es un lugar ideal para pasear sin rumbo. Sus patios mallorquines, muchos escondidos tras portones de madera, cuentan la historia de la nobleza de la isla. Calles como la de San Miguel, Jaime III o el Paseo del Borne están llenas de tiendas, cafeterías y heladerías artesanas donde hacer una parada.

Palma de Mallorca, disputada durante siglos antes de caer bajo el dominio de los españoles. Su catedral da lugar al ensueño. Fuente: Unsplash.

Otro punto imprescindible que ver en Mallorca es el Castillo de Bellver, una fortaleza circular en lo alto de una colina desde la que se obtienen vistas panorámicas de la bahía. El Palacio de la Almudaina, junto a la Catedral, ofrece un viaje al pasado árabe y cristiano de la isla. Y si quieres algo más contemporáneo, el Museo de Arte Moderno Es Baluard siempre sorprende con exposiciones dinámicas.

No olvides que Palma también tiene playa: la Playa de Palma y el Portixol son zonas animadas donde disfrutar del mar sin alejarte de la ciudad.

La Serra de Tramuntana: un tesoro declarado Patrimonio de la Humanidad

Entre lo más destacado que ver en Mallorca está la Serra de Tramuntana, un macizo montañoso que recorre la costa noroeste de la isla. Reconocida por la UNESCO, es un lugar donde la naturaleza y la tradición se dan la mano. Sus bancales de piedra seca, sus olivares y sus carreteras serpenteantes la convierten en un paisaje único.

Valldemossa y su cartuja

Este pueblo es famoso por la cartuja donde residieron el músico Chopin y la escritora George Sand. Pero más allá de su historia romántica, Valldemossa cautiva con sus calles empedradas y casas decoradas con macetas de flores. En cualquier cafetería del pueblo podrás probar la famosa coca de patata, un dulce esponjoso que se acompaña con chocolate caliente o helado según la temporada.

Deià, el refugio bohemio

Si hay un rincón especial que ver en Mallorca para quienes buscan inspiración, ese es Deià. El pueblo, rodeado de montañas y con vistas al mar, ha sido hogar de artistas y escritores como Robert Graves. Sus atardeceres son mágicos y sus restaurantes ofrecen algunas de las mejores vistas de la isla.

Sóller y su puerto

Otro clásico es Sóller, famoso por sus naranjas y su valle fértil. Desde Palma puedes llegar en un tren de madera histórico que atraviesa túneles y paisajes de montaña. El trayecto culmina en el Puerto de Sóller, conectado por un pintoresco tranvía. Aquí puedes disfrutar de una buena paella junto al mar o tomar un ferry hacia Sa Calobra.

Playas y calas: el azul turquesa que enamora

Cuando uno piensa en qué ver en Mallorca, es inevitable imaginar sus playas y calas. La isla cuenta con más de 200, cada una con su encanto particular.

• Es Trenc: es la playa más famosa, con arena blanca y aguas cristalinas. Tiene un aire caribeño y es perfecta para largas caminatas.
• Cala Mondragó: situada dentro de un parque natural, rodeada de pinos y con senderos que conectan con otras calitas.
• Cala Varques: un rincón más salvaje, sin servicios, pero con un ambiente relajado y cuevas marinas ideales para explorar en kayak.
• Playa de Muro y Alcúdia: amplias y familiares, con servicios de restauración y actividades acuáticas para todas las edades.

Si tienes tiempo, lo ideal es alquilar un coche y recorrer la costa, o mejor aún, hacer una excursión en barco que te lleve a calas escondidas como Cala Mitjana o Cala Tuent, accesibles solo desde el mar. Y en caso de que decidas visitar estas joyas de la naturaleza, sé siempre respetuoso con el medio ambiente: no alteres cualquier elemento del paisaje y recoge tu basura. Mallorca en una joya del Mediterráneo que debemos cuidar entre todos.

Las calas de Mallorca se caracterizan por aguas cristalinas y tambi’en complicados accesos. Fuente: iStock

El interior de Mallorca: tradición, mercados y vida tranquila

Es innegable que la costa es el gran atractivo. Sin embargo, si estás apuntando en tu lista de qué ver en Mallorca, zonas de montaña, el interior guarda tesoros que merecen mucho la pena. Además, estos pueblos y lugares no solo tienen un alto interés paisajístico, sino que también esconden el corazón y las tradiciones de la isla.

Pollença

Este pueblo al norte de la isla combina historia y cultura. Su escalinata del Calvario, con 365 peldaños, ofrece unas vistas magníficas al llegar a la cima. Cada verano acoge un festival de música clásica de prestigio internacional. Pollença es conocida por su Danza de los Moros y Cristianos, una representación popular que se celebra cada 2 de agosto en honor a la patrona del pueblo, la Mare de Déu dels Àngels. En ella, los vecinos recrean la victoria de los pollensinos contra un ataque pirata en el siglo XVI, con desfiles, tambores y un ambiente festivo que llena las calles.

Alcúdia

Uno de los pueblo qué ver en Mallorca es Alcúdia. Una villa medieval amurallada donde caminar por sus calles empedradas es como retroceder en el tiempo. Los martes y domingos se celebra un mercado lleno de vida, perfecto para probar productos locales. Dentro de sus murallas medievales, Alcúdia mantiene vivas muchas de sus costumbres. Cada septiembre celebra las fiestas de Sant Jaume, con conciertos, bailes y ferias tradicionales. En verano, los “ball de bot”, danzas folklóricas al ritmo de xeremías (gaitas mallorquinas), llenan las plazas del pueblo.

Alcùdia es como un viaje hacia atrás en el tiempo. Fuente: iStock

Artà

Situado al este de la isla, Artà destaca por su fortaleza y por un ambiente más tranquilo y auténtico. Sus tiendas de artesanía son perfectas para llevarse un recuerdo único. Artà conserva un fuerte vínculo religioso y popular con la Romería de Sant Salvador, donde los vecinos suben en procesión hasta el santuario en la colina que corona el pueblo. También son famosas sus ferias artesanales, donde se venden tejidos típicos como la “tela de llengües”, un estampado tradicional mallorquín que aún se fabrica de manera artesanal.

Sineu

El mercado de Sineu, uno de los más antiguos de Baleares, reúne cada semana a agricultores, artesanos y curiosos. Aquí se vive la Mallorca más rural, con animales, frutas frescas y productos de la tierra. El mercado semanal de Sineu es uno de los más antiguos de Mallorca, con más de 700 años de historia. Pero además, en Semana Santa, el pueblo celebra la “Fira de Maig”, una feria agrícola con ganado, artesanía, gastronomía y espectáculos que muestra la Mallorca más rural. También es tradición en las fiestas patronales ver a los “dimonis” (diablos) recorriendo las calles con antorchas y música, en una mezcla de rito pagano y fiesta popular.

Cuevas y paisajes naturales que sorprenden

En la lista de qué ver en Mallorca no pueden faltar sus cuevas.

• Cuevas del Drach: ubicadas en Porto Cristo, son famosas por su lago subterráneo, el Lago Martel, donde se ofrecen conciertos de música clásica bajo la tenue iluminación de las estalactitas.
• Cuevas de Artà: impresionan por la altura de sus salas y la belleza de sus formaciones rocosas.

Si prefieres paisajes al aire libre, el Cabo de Formentor es un lugar imprescindible. Su carretera panorámica lleva hasta un faro desde el que se contemplan acantilados vertiginosos y un mar infinito. Al atardecer, el espectáculo es inolvidable.

Para los más aventureros, las cuevas de Mallorca son un lugar idóneo para explorar. Fuente: iStock

Gastronomía mallorquina: sabores que conquistan

Conocer Mallorca también es probarla. Su gastronomía es variada y refleja la mezcla de culturas que han pasado por la isla.

• Sobrasada: embutido con Denominación de Origen, ideal para untar en pan caliente.
• Ensaimada: el dulce más típico, perfecto como desayuno o merienda.
• Pa amb oli: pan con aceite de oliva, tomate y embutidos locales, sencillo pero delicioso.
• Arroz brut: un guiso de arroz caldoso con carne y verduras, muy tradicional en invierno.

En la zona de Binissalem y Pla i Llevant encontrarás bodegas donde degustar vinos locales. Y para terminar, nada como un chupito de hierbas mallorquinas, el licor digestivo más popular.

Consejos prácticos para tu viaje a Mallorca

• Cuándo ir: septiembre y octubre son meses perfectos, con buen clima y menos turistas. En primavera la isla está verde y florida, mientras que en verano el ambiente es más animado.
• Cómo llegar: puedes llegar en ferry desde Barcelona, Valencia o Ibiza. Viajar en ferry es ideal si quieres llevar tu coche o moto y moverte con libertad.
• Cómo moverse: lo mejor es alquilar un coche para recorrer la isla sin prisas. El transporte público conecta las principales ciudades, pero no llega a todas las calas escondidas.
• Duración ideal: para conocer lo básico, bastan 4 o 5 días, pero si quieres explorar con calma, una semana es lo ideal.

Te recomendamos que eches un ojo a nuestras guías sobre cómo hacer camping en las Islas Baleares y todo lo que necesitas saber antes de llegar a tu destino.

Mallorca más allá del turismo

Además de lo evidente, Mallorca guarda un lado más tranquilo que merece descubrirse. Muchos viajeros se sorprenden al encontrar rutas de senderismo poco transitadas, pequeños pueblos donde el tiempo parece haberse detenido y fiestas locales que muestran la autenticidad de la isla.

En invierno, por ejemplo, la isla recibe menos visitantes, y es una oportunidad perfecta para conocer la vida cotidiana de los mallorquines, disfrutar de precios más bajos y caminar por la Serra de Tramuntana sin calor ni aglomeraciones. También es importante recordar que Mallorca es uno de los destinos más buscados no solo por turistas extranjeros, sino también extranjeros. Por ello, no olvides ser respetuoso con los isleños y con el medio ambiente de la isla.

Mallorca es una perla del Mediterráneo. Fuente: iStock

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